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Cómo detectar burbujas financieras

Existen lecciones que podemos y tenemos que rescatar de la llamada “crisis de las .com” para no pagar la fiesta de otro. Porque las burbujas siempre existieron y siempre van a existir. La clave es saber evitarlas.

Estuve muy cerca de ser una de las víctimas. Mi poca experiencia me salvó.

Corría el año 1997, estaba dando mis primeros pasos en el mundo de las inversiones y estaba en mi segundo año de la carrera de Economía en la Universidad. En los diarios de papel en ese entonces, leía cómo Internet estaba revolucionado el mundo. Y cómo los jóvenes de Estados Unidos estaban creando empresas volviéndose millonarios en pocos días.

Con 22 años, estudiante de economía y trabajando en el área de inversiones de una sociedad de Bolsa, no podía resistir a la tentación. Junté a un grupo de amigos y empezamos a tirar ideas sobre qué negocio podíamos armar. Nos reunimos una vez por semana durante algunos meses.

Pero nunca salimos de la etapa de la “tormenta de ideas” y el proyecto nunca se pudo armar. Por suerte….

Porque la realidad es que la combinación de la codicia con poca información y experiencia es una mezcla de alta combustión.

Déjame hacerte un pequeño raconto de lo que pasó en ese año…

En 1996, la fiesta de Internet parecía que nos iba a hacer ricos a todos.

Enceguecidos por esta revolución, nadie se animaba a cuestionar la lógica de los inversionistas de la época.

“No inviertas en lo que no conoces”, suele decir el referente mundial de las inversiones, Warren Buffet; un consejo que a la mayoría parecía entrarles por un oído y salirles por el otro.

Llegábamos ya a 1997 y estas acciones vinculadas a internet eran las más buscadas. Había una euforia por estos papeles que prometían transformarse en oro. Enceguecidos, algunos dedicaban el capital de toda una vida a esa apuesta que no podía fallar. Yo estaba en ese grupo….

Nadie quería perderse lo que prometía ser “La Nueva Economía”. Todos comenzaron a apostar en que cualquier compañía se convertiría en una Microsoft.

Los activos no paraban de subir. Íconos de aquella breve época fueron Boo.com, Beez.com y Kozmo.com.

En ese ambiente eufórico la burbuja fue creciendo hasta llevar al Nasdaq a un máximo superior a los 5.000 puntos, pero el 13 de marzo de 2000 fue el principio del fin: empezó una ola de ventas masiva que desató una caída en picada del mercado.

Corridas, llamados desesperados a los brokers, sociedades de Bolsa que estaban infestadas de estos activos. Una escena de cataclismo financiero para el sector que ni la mejor película bursátil de Hollywood ha sabido retratar.

Algunos inversionistas que creían que la carrera alcista de las .com continuaría. no lo olvidarán nunca.

Mira lo que pasó con el Nasdaq:

Nasdaq Monitor 17.08.2016

De 5.000 puntos se hundió a 1.100 en poco más de dos años. Se produjeron múltiples cierres de empresas, quiebras, desaparecieron miles de millones de dólares en valor bursátil. Se estima que la mitad de las compañías que había por entonces en el sector no lograron sobrevivir.

Boo.com –por caso- era una tienda online de ropa que invirtió casi 200 millones de dólares en medio año y cerró sin vender prácticamente ninguna indumentaria.

Beez.com era una moneda virtual que prometía volverse masiva, pero encontró fuerte resistencia al querer ingresar en numerosos países sin el lobby adecuado. La compañía fracasó y tuvo que transformarse en un sistema de puntos.

Kozmo.com prometía tener lo que quisieras en tu hogar en menos de una hora y no cobraba por el envío de productos. Pero sus directivos no consideraron los altos costos de los productos pequeños, que fueron gran proporción de los pedidos. Nunca logró dar ganancias y quebró.

Choque con la realidad

Muchas de las .com tenían grandes falencias en sus planes de negocios. También hubo cierta saturación en muchos sectores donde se atomizaron mercados aún incipientes lo que no permitió la supervivencia de los emprendedores.

Varias de estas empresas destinaban grandes sumas a publicidades y desarrollos para un mercado que aún no tenían monetizado.

Inclusive compañías más sólidas, como Intel o Cisco Systems, se tambalearon al explotar la burbuja.

Esto fue lo que dijo Warren Buffett por aquellos días: “Internet iba a cambiar nuestras vidas. Pero eso no quiere decir que cada empresa alcanzaría los 50 billones de dólares”.

Cómo escapar a la burbuja

No es fácil detectar una burbuja, pero una buena estrategia es estar siempre atento a que el precio nunca se separe de la realidad. Hay que mirar al valor real intrínseco de la inversión y no al precio del momento.

Muchas veces se originan por creer que se ha descubierto una innovación que traerá grandes beneficios o un giro radical en algún sector del mercado.

Si tienes dudas, o no logras llegar a un análisis claro, puede ser una señal de que no hay sustento alcista real.

Según Edward Chancellor, de la gestora de fondos Grantham, Mayo, Van Otterloo & Co. (GMO), estás son algunas características que permiten detectar una burbuja:

Dinero Barato y expansión del crédito.

Una historia de crecimiento aceptada en forma generalizada apoyada en una moda

Boom de inversiones en esa moda

Especulación y ambición de los inversionistas

Irracionalidad colectiva y comportamiento de rebaño

Fraude y armado de esquemas de Ponzi

Consumo excesivo

Valuaciones irreales

 

De todos esos elementos, en la actualidad, el más notorio es el primero. Los países desarrollados del mundo emiten dinero sin parar. Ponen las tasas de interés en cero, lo que incentiva a los inversionistas a arriesgar para obtener rendimientos.

El dinero sobra en el mundo. Y esto es caldo de cultivo para grandes burbujas. Nadie sabe cuándo esta expansión terminará. O si terminará en algún momento.

Pero eso nos obliga a estar muy atentos. Mucho más atentos que en el pasado cuando las burbujas eran mucho más focalizadas. Hoy parecen ser generalizadas. Y cuando esto ocurre se hace mucho más difícil detectarlas.

Conclusión, a no bajar la guardia. Y a no perder de vista que siempre antes de invertir tenemos que entender los fundamentos de la inversión.

O como te dije antes, evitá juntar codicia con información de baja calidad.

Federico Tessore

Para El Inversor Diario

www.Igdigital.com

 

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