Aún sin acuerdo con los buitres, la Argentina dice que pagar es una «extorsión judicial»
Ya casi en tiempo de descuento, la reunión este viernes en Nueva York de la Argentina con el mediador Daniel Pollack y los litigantes buitre, no llevó a ningún lado.
Mientras el mercado espera ansioso la fumata blanca que pondrá fin a este largo litigio por la reestructruración de deuda, el país afirmó hoy que no puede cumplir con la sentencia judicial que obliga a pagar cientos de millones de dólares a los acreedores que la demandaron por su cesación de pagos de hace una década, lo que deja al país al borde de un nuevo default.
En palabras del propio Axel Kicilllof, el fallo de Griesa es «insólito e incumplible» porque puede generar a la Argentina demandas por un monto de entre 120.000 y 400.000 millones de dólares por parte de acreedores que aceptaron reestructurar sus títulos en default a cambio de fuertes quitas.
En este contexto, la administración financiera en Argentina enfrenta un problema instaurado por políticas de hace más de diez años y debe resolverlo para evitar un inconveniente internacional.
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