MIAMI.- El acuerdo comercial Transpacífico firmado la semana pasada entre los Estados Unidos y otros once países de la cuenca del Pacífico será otro clavo en el ataúd de los gobiernos populistas de Brasil, la Argentina, Venezuela y otras naciones, que quedarán aún más aisladas de la economía mundial y, probablemente, terminarán más pobres que antes.
Una vez que sea ratificado por los países firmantes, el tratado conocido oficialmente como el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) será el mayor acuerdo comercial de la historia y cubrirá un 40% de la economía mundial. Todo indica que les dará un gran impulso al comercio y a las inversiones de los Estados Unidos, Japón, Australia, Singapur, Canadá, México, Perú, Chile y los demás países signatarios.
Pero lo que ha pasado casi inadvertido en las noticias es que va a aislar aún más a las economías de Brasil, la Argentina, Venezuela y otros países de la costa atlántica de América latina, cuyos desastrosos gobiernos populistas han evitado firmar acuerdos de libre comercio con las economías más grandes del mundo.
Y lo que es aún más triste es que todo esto ni siquiera es un tema de conversación en Brasil, la Argentina o Venezuela, cuyos gobiernos viven en una burbuja, sin haberse dado cuenta de que el auge de los precios de las materias primas del que se beneficiaron en los últimos años fue un golpe de suerte que no se repetirá en el futuro próximo. Mientras sus gobiernos pretenden que tienen todo bajo control, se enfrentan a un tsunami económico.
La semana pasada, en la reunión anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en Lima, Perú, el FMI proyectó que la economía de Venezuela se contraerá un 10% este año y que el país sufrirá una inflación del 200%, la más alta del mundo. La economía de Brasil se contraerá un 3% y la de la Argentina se mantendrá estancada en el 0,4% este año y se contraerá en un 0,7 el próximo año, dijo el FMI.
Y sus gobiernos, que ya están debilitados por escándalos de corrupción, deberán hacer frente a nuevas malas noticias. La economía de China se está desacelerando, los precios mundiales de las materias primas han caído en picada, los inversionistas están huyendo de los países emergentes, el dólar estadounidense se está apreciando, mientras las monedas latinoamericanas se debilitan, y la Reserva Federal de Estados Unidos pronto elevará las tasas de interés, lo que hará más difícil pagar las deudas externas de los países latinoamericanos y encarecerá sus importaciones.
Y, encima, ahora se firma el acuerdo Transpacífico, que hará que las empresas internacionales abran sus plantas de fabricación en los países latinoamericanos miembros del TPP, porque desde allí podrán exportar sin pagar aranceles a los 12 países miembros del tratado, que incluyen a algunos de los mayores mercados del mundo.
En cambio, abrir una planta manufacturera en la Argentina, Brasil o Venezuela sólo les permitiría exportar sin pagar aranceles a los países con que estos últimos tienen acuerdos de libre comercio, que son mercados mucho más pequeños, como los de Bolivia, Uruguay y Paraguay.
Todo esto va a llevar a una partición formal de América latina: habrá un bloque del Pacífico liderado por los países miembros del TPP, que estarán dentro de un bloque comercial que abarcará el 40% de la economía mundial, y un bloque del Atlántico liderado por Brasil, la Argentina y Venezuela, cuyo bloque conocido como el Mercosur abarca el 5% de la economía mundial. La división, que ya existe de hecho, ahora se hace oficial.
Mi opinión: todo indica que el ciclo populista pronto llegará a su fin en varios países sudamericanos. Les guste o no, Brasil, la Argentina, Venezuela y sus aliados ideológicos deberán ahora salir a buscar inversiones para hacerle frente a esta tormenta perfecta de nubarrones económicos que se está dirigiendo hacia ellos.
El TPP es apenas el último de varios factores negativos que deberían llevarlos a dejar atrás una demagogia populista insostenible y a insertarse en la economía global lo más rápido posible.
Andrés Oppenheimer – LA NACION |
Twitter: @oppenheimera
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