«La Argentina va a ser uno de los países más beneficiados hacia el 2017 y 2018, cuando se dé la vuelta este ciclo de materias primas que ha afectado a los países emergentes en general», asegura José María Barrionuevo, cofundador y CEO de la firma de inversiones Sailbridge Capital, en una entrevista exclusiva realizada por Mónica Coronatti, de SaladeInversion.com, en los estudios Nasdaq Market Site de Nueva York, semanas atrás.
El nuevo gobierno del país sudamericano, encabezado por el presidente Mauricio Macri, no necesita hoy en día de ese componente de materias primas -explica el experto- para empezar a mostrar resultados positivos importantes en el blanqueo de capitales, en la situación fiscal y la reforma «tan positiva que está haciendo el gobierno: se tiene ya el detonante para atraer capital y para tener inversión incluso de los propios argentinos. De hecho, hemos visto muchos clientes y gente interesada en vehículos de inversión que se enfocan en oportunidades en Argentina», dispara.
En alusión a los hechos de corrupción que se están ventilando actualmente en la Argentina, Barrionuevo señala que éstos no dañan la imagen del país, de cara a las inversiones que está necesitando atraer para crecer económicamente. Semanas atrás, el ex secretario de Obras Públicas, José Francisco López, fue encontrado en plena madrugada cuando intentaba ocultar bolsos con una suma cercana a los 9 millones de dólares en un convento religioso. «Todo el mundo sabe que hubo grandes irregularidades» en el gobierno anterior, señala.
«Precisamente, la gran oportunidad de Argentina -agrega el director de Sailbridge Capital- es que ha habido un cambio de régimen. Hoy en día ya no hay un gobierno populista; hay un gobierno serio, un gobierno enfocado en hacer las cosas bien, en hacer reformas y tomar las cosas difíciles que necesita el país, y de hecho lo ha hecho y lo está haciendo, y esto es lo que está llevando al proceso de desaceleración del crecimiento en un contexto internacional muy complicado, bastante difícil, pero donde las oportunidades las está ofreciendo este cambio de régimen, como también ocurre en el caso de Brasil y Perú».
El experto también indica que si bien limita en estos momentos el contexto internacional la habilidad de un país de recibir mucho capital, precisamente por lo que está ocurriendo en el resto del mundo, la gran oportunidad para la Argentina es que «si va a recibir capital, es por la reforma fiscal que está haciendo, que va resultar en el blanqueo de capitales, en normalizar la situación fiscal de muchísimos empresarios y de mucha gente en el sector privado, y que vemos que están muy interesados en invertir en la Argentina para resolver y normalizar esa situación. Lo importante es que el país se está normalizado, si bien sigue enfrentando retos importantes».
– ¿Hay espacio para mover el tipo de cambio en Argentina?
– Ya se ha movido de una manera muy importante que ha generado todo este ajuste que pone presiones sobre el sector privado, pero se tenía que enfrentar eso. Pero la oportunidad es que al atraer ese capital, el tipo de cambio va a apreciarse un poco. Yo creo que el tipo de cambio estaba sumamente sobrevalorado, entonces no va a ser una apreciación como en otros casos extraordinaria, pero sigue habiendo oportunidad, y desde luego la mayor oportunidad va a estar en las inversiones reales que se hacen en la economía, que es definitivamente el mayor interés de los argentinos. Y creo que, acertadamente por la complejidad del contexto internacional, el gobierno argentino se aseguró de proporcionar ese detonante que sí o sí le proporciona ese capital.
El experto explica también que muchos bancos con presencia en la Argentina estiman que por la regulación fiscal, el país sudamericano podría recibir hasta 65.000 millones de dólares en los próximos 18 o 24 meses. «La realidad es que eso es un número extraordinario si es así -señala-, y lo cierto es que con una tercera parte o la mitad de eso, la oportunidad que le genera a la Argentina va a hacer la diferencia en un gobierno muy exitoso, y eso es muy positivo porque vemos en América Latina cómo terminan los gobiernos populistas. Irónicamente, esto se está llevando al mundo, (a los países) del G7, que no es sino el reflejo de que el costo de la crisis financiera del 2008, que fue hace mucho, se asignó desproporcionadamente sobre la gente, y la gente en esos países -en Europa, en Inglaterra o en los Estados Unidos- está muy enojada, por no decir en algunos casos furiosa».
Monica Coronatti
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